El caballero de la carreta, a veces el amor es mas importante que la dureza

 Leimos una novela algo breve de Chretien de troyes, del cual hablare un poco en futuras entradas pues fue el tema de mi presentación, pero primero hablemos de lo siguiente:

En cuanto Lanzarote ha entrado en la contienda, él solo vale por veinte de los mejores. Comienza a hacerlo
tan bien que nadie aparta los ojos de él, allí donde esté. Había en el bando de Pomelegoi un caballero muy
valiente. Iba sobre un caballo brincador que corría más y mejor que un ciervo de los llanos. Era hijo del rey
de Irlanda: notablemente se portaba. Pero a todos complacía cuatro veces más el caballero desconocido. Y se
preguntan angustiados:
«¿Quién es el que tan bien lo hace?»
La reina, en secreto, llama a una doncella prudente y juiciosa, y le dice:
«Doncella, os es preciso transmitir un mensaje. Lo llevaréis en seguida, pues tiene pocas palabras. Bajad de
esta tribuna e id al encuentro de ese caballero que lleva escudo bermejo. Le diréis en voz baja que yo le
ordeno: lo peor posible.»
 Rápida y hábilmente, cumple la joven el encargo de la reina. Se dirige al caballero, le sigue hasta llegar
muy cerca de él, y le dice, cuidando que no escuche vecino ni vecina:
«Señor, mi señora la reina os ordena a través de mí: lo peor posible.»
Apenas lo oye, responde él que lo haría muy de su grado, como quien es enteramente de la reina. Y cabalga
al punto a todo galope contra un caballero, y falla en el encuentro, cuando le debió herir. Desde entonces
hasta el anochecer se comportó lo peor que pudo, pues que la reina así lo deseaba. El adversario, por su
parte, no ha fallado en su ataque: antes bien le ha asestado un duro golpe, encontrándole con su lanza.
Entonces Lanzarote emprende la huida...
...«Debes callarte, amigo, tu caballero no vencerá. De tanto varear, su vara se ha quebrado, la que tanto nos
has encarecido.»...
...La reina, por su parte, no está enojada. Antes bien está alegre, y mucho le place, pues sabe bien, aunque se
calla, que el caballero es con certeza Lanzarote. De este modo, hasta el anochecer se hizo pasar por un
cobarde...
...«Id ahora, doncella, a montar sobre vuestro palafrén. Os envío al caballero de ayer. Le buscaréis, le
encontraréis. No os retraséis por nada del mundo. De nuevo le diréis que se comporte todavía lo peor
posible. Y cuando se lo hayáis advertido, escuchad bien lo que os responda.»
No tarda la doncella en obedecer. Se había fijado la noche pasada hacia dónde se dirigía el caballero, pues
algo le decía con plena seguridad que sería enviada de nuevo a él. Sabe orientarse entre las filas hasta llegar
a su destino. Rápidamente se acerca, y le repite en voz muy baja que todavía debe comportarse lo peor
posible, si quiere conservar el amor y la gracia de la reina: órdenes suyas son.
Responde Lanzarote:
«Gracias le sean dadas a ella, pues tal cosa me ordena.»

Me parece increible como el caballero no duda en dejar de lado su honor publico y su fama haciendolo mal en algo tan importante para demostrarle a la reina que es completamente fiel a ella y que su amor esta por encima que su honor, igual que la reina aqui rompe el estereotipo de la mujer sumisa pasando a ser la dominante en este caso.

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